CONGOSTO DE VALDAVIA - HISTORIA


ORIGEN:

La villa de Congosto de Valdavia está documentada en Sahagún (siglo XI) y en diplomas de Alfonso VIII: "Congosto" procede del latín "congusto" (angosto), en latín clásico es "augustum". Eutimio Martino, ("Nombres" 1. 174), afirma que "congosto" es campo de augusto.

Para nosotros el significado de Congosto es villa angosta (estrecha). Interrogando sobre el archivo de Sahagún, hemos encontrado que fue destruído en la época de la desamortización de Mendizábal, pero existe un mapa, siglo XIV, donde dice que Congosto fue priorato (en la religión de San Benito, casa en que habitan algunos monjes pertenecientes a un Monasterio principal, cuyo abad nombra el superior inmediato llamado prior para que los gobierne) especie de convento con abad y priores, dependiente de la abadía de Sahagún

Se cree que también existe algún documento en La Casa Cultura de León.

Dehesa de Tablares: Denominado "Señorío de Tablares" procede del latín "tabulata" como aparece en la documentación de León (1167) referido a Tablada, significa parcelas de tierra terrazgos en forma de tablas, su significado será entonces, lugar de tierras en forma de tablas.

Cornoncillo: Es también el nombre de un pequeño río, aparece en la documentación como "Cornoncello" en el siglo XI (Sahagún 1042); en el siglo XII es "Cornicillo" (Becerro de las Behetrías).

Existe un río Cornón y los nombres de pueblos Cuerno, Cornón y el presente Cornoncillo, pueblo y río. Se han dado diferentes interpretaciones como la de Eutimio Martino ( Nombres, 11,49) que los deriva del latín "coronium" y del Céltico Koro "ejercito", relacionándolos con La Conquista Romana y el paso de Augusto (ver Congosto de Valdavia). En cuanto a la terminación Cillo lo relacionan con el latín cella "despensa" y da el significado de almacén del ejército.

EVOLUCIÓN:

Los primeros documentos que hemos conseguido encontrar datan de principios del siglo XIII, es decir, que todo lo referente al pueblo de Congosto de Valdavia anterior a esta fecha, no nos es posible, desgraciada-mente, apuntar nada debido a hechos anteriormente mencionados.

Del siglo XVIII a nuestros días, si bien los cambios en determinadas épocas fueron mínimos, se siente una evolución en casi todos los casos afortunada.

Evolución en el casco urbano:

Congosto fue siempre un pueblo "blanco y rojo" Blanco por las fachadas de sus casas, todas de adobe, con gruesas paredes encaladas y rojo por el color de cada una de las tejas que las cubrían- Hoy surge el rojo restaurando las antiguas y chalets (todavía pocos) construidos con todos los adelantos propios de la época.

Acompañan las chimeneas a las antenas de televisión en todas las viviendas que nos hablan del evidente progreso que se deja sentir aquí, en la misma medida que en el resto del país.

Las calles de Congosto fueron de tierra y piedra (francamente incómodo, sobre todo para las mujeres, hasta 1980, que se comenzó con la primera parte del asfaltado, y que sí bien se completó en su momento, con las nuevas construcciones han surgido dos calles más en espera de arreglo.

Congosto estuvo sin iluminación hasta hace 80 años o 90 años, que asomó aunque con muchas deficiencias y poco a poco, en algunas casas. A medida que el tiempo fue pasando, el surtido eléctrico mejoré y hace 25 años se colocaron las faroles públicas a lo largo y ancho de todo el pueblo.

Las gentes se abastecían de agua gracias a los manantiales naturales cercanos al pueblo y a las tres fuentes públicas sitas en la plaza (prácticamente el centro de la localidad), plazoneta y placilla, bien situadas para que los vecinos accedieran a ellas con facilidad. Hace 27 años se construyó toda la red de alcantarillado y se introdujo el agua corriente en todas las casas y queda sólo la fuente de la plaza del Ayuntamiento por ser la principal.

Como nuevas edificaciones no especialmente a la vista, surgen dos depósitos de agua, un repetidor de televisión, doce grandes almacenes de grano y un almacén-incubadora de pollos y faisanes.

A pesar de todos los cambios acaecidos en bien del progreso y comodidad de sus vecinos, Congosto sigue apareciendo como un pequeño pueblo bonito, castizo y francamente agradable para todo tipo de gentes, que si bien no viven aquí por la falta de expectativas de trabajo, sí lo invaden en vacaciones y puentes, dejando ver una alegría especial en sus calles.

Evolución demográfica

Pasamos de los 166 niños nacidos entre 1853 y 1862 a los 200 del periodo entre 1943 y 1.952 con una media de nacimientos muy parecida cada 10 años, teniendo el máximo entre 1913 y 1922 con 251; a los 8 nuevos bebés en los últimos 5 años. Esta es la parte más triste de nuestra evolución.

En cuanto a la totalidad de habitantes, vemos la máxima diferencia comparando los actuales 232 con los 1.076 de 1.950.

Este evidente descenso de la población es debido a la dureza de la vida en los pueblos, (generalizada en todo el país) que provocó la emigración masiva de sus habitantes a zonas más industrializadas como el País Vasco, Barcelona, Madrid

Evolución en el trabajo

Agricultura: Teniendo en cuenta que la tierra es la mayor fuente de ingresos de los vecinos de Congosto, diremos que este campo es el que en poco tiempo más ha evolucionado ya que hasta hace 30 años la tierra se labraba a base mucho trabajo y sudor, con vacas (algunos no tenían más que una vaca y un burro) y distintos tipos de arados (brabán, giratorio o chuzo, mariposa, oliver, incluso alguno completamente de madera que se utilizaba principalmente para sembrar garbazos y patatas).

La vida del labrador era, como todo el mundo sabe, realmente dura y la gente vivía sin comodidades, ni cuenta bancaria ninguna. Casi todos, tenían unas vacas y unas ovejas que les ayudaban a vivir.

Hoy día, físicamente, el trabajo del labrador se ha acomodado mucho, ya que, quién más quien menos tiene tractor y varios aperos de labranza y aquellos no tienen maquinaria se lo encargan a otros, con lo que además de más fácil, la labor es más rentable.

Ganadería: Hasta no hace muchos años, casi todos los vecinos tenían sus cuatro o cinco vacas como mínimo y para facilitar el trabajo que daban, se sacaban a pastar al monte cada día, cuidadas por cuatro "buiceros" que eran los mismos vecinos del pueblo; cada día salían a las 10 de la mañana un buicero por casa y por cada pareja de vacas que poseía hasta cuatro personas diarias, que daban la vez a la casa siguiente para ir al otro día, y volvían sobre las 9 de la noche, exceptuando el tiempo de trilla, que se salía hacia las 5 de la mañana y se volvía 5 horas después para tener el ganado dispuesto para el trabajo.

Había otra vacada de terneros que se soltaban hasta los tres años a 12 Km. del pueblo, cuidados por un vaquero que era contratado por los vecinos, que se quedaba a vivir en un corral equipado de una cocina y un camastro, durante varios meses al año, ya que el resto del tiempo, venía un poco más cerca, a 5 kms, a otro corral en el valle de Boedo, en las mismas condiciones, pero entonces podía acercarse algún día a descansar y disfrutar de su familia. Cada día iba un vecino, que según el número de reses que tuviera en la vacada se quedaba algún día más, y le ayudaba a cuidar los animales y le llevaba comida, aunque el vaquero era buen cazador y pescador.

Con las ovejas era prácticamente igual que con las vacas, si bien era más divertido para los niños, a los que gustaba mucho salir a buscar sus corderitos cuando se escapaban del rebaño.

Actualmente, solo hay en todo el pueblo ocho propietarios de vacas y cada cual cuida como mejor le parece de las propias, y lo mismo pasa con las ovejas, ya que solo hay dos propietarios con rebaños de 450 y 300 animales y cada uno sale con su rebaño cuando y como gusta.

Evolución en la calidad de la vida:

Desde hace 30 años, la calidad de vida de las gentes de Congosto, no hace sino mejorar.

Pasamos, gracias a Dios, aquellos días en que hombres y mujeres trabajaban de sol a sol e incluso por las noches, cuando la familia con menos bocas que alimentar era de siete miembros, y el trabajo del campo era duro y mal retribuido. Tiempos de escasez y de incomodidades, cuando la ropa se lavaba en el río, de cualquier manera durante los meses de labranza por falta de tiempo y se hacía la colada después del verano poniendo toda la ropa sobre una especie de bidón de corcho tapado con una coladera donde echaban luego agua hervida con cenizas para que blanqueara la ropa, y se tendía al sol, cubriendo las eras durante tres o cuatro días. Ahora la lavadora ahorra todo este trabajo y así pasa con todos los avances tecnológicos de estos últimos años, ya que quién más, quién menos, todas las casas se han apuntado a ellos, visto el evidente tiempo de ocio que proporcionan.

A pesar de todo el tiempo libre que tienen ahora, las costumbres de su utilización han cambiado poco en la gente mayor de 50 años. Los hombres siguen saliendo al bar, a tomar cafés, vinos y echan un dominó, un mus o el tute; las mujeres salen a pasear en el buen tiempo y cuando refresca a casa a ver la televisión o jugar una brisca entre vecinas o "a setas" si ha llovido.

La mayoría de los jóvenes tienen coche y los fines de semana suelen ir de fiesta a Guardo y el resto de la semana se van al monte, juegan partidas, van al polideportivo...



Mª José Abad Roldán
Mª Natividad Roldán Renedo