Teatro Principal

	A principio del siglo XIX se construye el Teatro Principal al estilo de los italianos de finales del siglo XVII; se inicia con los Fondos Públicos y el préstamo de Don Francisco Ibarguen Goitia, al que habrá que pagarle una renta hasta liquidar el préstamo. A consecuencia de un incendio producido en el año 1826 tras la actuación de un grupo de aficionados, no queda del Teatro mas que sus muros.
El gobernador civil, consciente de su representatividad en la provincia, ordena al arquitecto del Canal de Castilla, que "sin levantar mano", redacte un nuevo proyecto. Se cumple la orden y se presupuesta en 120.000 reales. En el presupuesto municipal de 1836 figura, con carácter excepcional, una partida 100.000 reales por una sola vez, para la reconstrucción del Teatro. Tan excepcional era que suponía la cuarta parte del presupuesto total de gastos del año.
	Las obras se adjudicaron al maestro alarife Pablo Espinosa. De la pintura y confección de de decorados se encarga a Angel Repico y José Hernández Huerta, ambos de Valladolid. Diego Bahamonte, maestro escultor, fue el responsable de la realización del arco de embocadura. El 2 de julio de 1837, con motivo de la publicación de la Constitución, se inaugura el Teatro con una función a cargo de unos aficionados.