Lo anecdótico, lo documental humano, no es poético por sí mismo -eso lo dice Antonio Machado en 'LOS COMPLEMENTARIOS- pero puede ser artístico sin dejar de ser testimonial, contorno diferenciador de un personaje -esto no lo dice el poeta sevillano-. ¿La caricatura es una greguería? Depende de la carga poética que se añada, -o con la que se ampare- a la fingida realidad de la figura. Por de pronto diré que Eulogio Gómez Iglesias no quiere ser cruel, sino poeta, y por eso el uso del humor -que es constante- sirve para presentar a la persona desde una visión salvable de su andar por la vida. Y miren que hay campo, en estas 54 muestras, en donde ejercer de "malo" pues los personajes llegan del mundo de la cultura (9) -campo abonado para la soberbia-, de la política (25) -huerto en el que florece la doblez-, del deporte y actividades parejas (8) -feria en la que el cuerpo vende su vanagloria fugaz-, de mandatarios de instituciones más o menos públicas (8) -casi caricarillos de los políticos- y sólo tres van por libre y les cobija la popularidad de su hacer natural. La labor de Eulogio Gómez Iglesias es, primeramente, la captación del carácter definidor de la persona, perenne o circunstancial, pues, a veces, lo que importa es coger lo que un hecho aislado supuso como señal duradera. Después arrimará al personaje los atributos que enmarcan la personalidad o la popularidad, que, muchas veces, se limitan a indicar el campo o la materia en que trabaja mediante dibujos de los lugares en los que se mueve. Nada es irreal. Todo lo que vemos está en estos hombres y sus circunstancias. El ojo del artista va a lo personal y, casi siempre, la acentuación de la distorsión física responde a una afirmación de la actividad o de la fuerza individual interior. Ojos, gafas, calvas, melenas, cejas, manos al viento, manos que se hacen compañía a sí mismas, dedos puntualizadores, arrugas, dientes, labios, barbas, en fin, cosas comunes a la costumbre, familiares, inmediatas, se alzan diferenciadoras, envolviendo la atmósfera de los días. Y de ellas, tan cordiales, tan próximas, tan hechas a estar entre nosotros, crece la personalidad individual que se manifiesta en fuerza, soledad, tesón, disimulo, cordialidad, limpieza de actuación, alegría, indiferencia, tristeza, bondad, curiosidad, vivacidad, paz, inteligencia. Búsquenlo, sobre todo, en los ojos. Pero no olviden que estas caricaturas son: cuerpo, rostro y cobertura. Los tres elementos marcan la personalidad y los colores son elegidos por el artista para acompañar la juventud, la madurez, la arruga o circunstanciales aspectos específicos. Nada queda en ellas al albur. ¿Es una interpretación dirigida la que ha de hacer el que las vea? Eso ocurre siempre pues el autor fue el primer intérprete y añadió su valentía para elegir, señalar y contrastar. Y junto a la visión del espíritu de la persona y sus rasgos identificadores, el oficio del artista: dibujo y color. En ambas disciplinas Eulogio Gómez Iglesias alcanza las máximas notas, mientras nos lleva a la convicción de que en este menester caben aquellos versos de Antonio Machado nacidos para otro fin:
Marcelino García Velasco
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Agustín Martínez
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Alberto Pérez Villar
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Andrés Redondo
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Antonio Hermoso
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Antonio Primo
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Aurora Marchán
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C. Román González
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Carlos Fernández Carriedo
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Carlos Urueña
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Carmen G. Lahidalga
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Carmen Merino
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Celinda Sánchez
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Celso Mellado
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Clemente Pita
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Cristina Tejedor
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E. Lozano "El Pescado"
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Enrique Martín
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Faustino Narganes
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Félix L. "El Regio"
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Flaviano Casas
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Francisco Acuña
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Gonzalo Alcalde
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Heliodoro Gallego
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Isaac Viciosa
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Isabel Rodríguez
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J. A. Rubio Mielgo
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Jaime Herrero
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Javier Martín
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Jesús Mañueco
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José María Crespo
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José María Fernández Nieto
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José Miguel Gil
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Juan Carlos Revilla
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Julio Villarrubia
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Luis Alonso
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M. García Velasco
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Marcelo de Manuel
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María Luisa Martín
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Marta Domínguez
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Óscar Llanos
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Pablo Alario
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Pablo Payo
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Pedro M. Barreda
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R. Miriam Andrés
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Rafael Martínez
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Rafael Oliva
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Rafael Palmero
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Roberto A. "El Millonario" |
Rosa Cuesta |
Vicente Lagunilla |
Vicente Villagrá |