Historia Nacida como fortaleza y cap. de los vacceos, durante la dominación romana (Palentia, Palantia, Pallantia) se convirtió en uno de los principales enclaves del valle del Duero, en la ruta que unía Astorga con Tarragona: fue sitiada por Lúculo (151 a.J.C.) y Lépido (137 a.J.C.), y atacada por Pompeyo (74 a.J.C.). Los visigodos se apoderaron de la ciudad en el s. IV, y tras ser devastada por los musulmanes fue repoblada por el conde Fruela (914-924); Sancho el Mayor de Navarra la reedificó en 1032. Durante la Edad Media conservó su preeminencia en el reino de Castilla: fue sede de concilios (1113, 1124) y de cortes (1313), e importante mercado ganadero y lanero ligado a la Mesta (s. XIV). Entre los ss. XVI-XVIII, vivió un largo período de crisis hasta la instalación de ind. harineras. En 1856 los campesinos se sublevaron contra los terratenientes.
Arte Restos arqueológicos paleolíticos y romanos. La catedral, de estilo gótico (1321-1516), conserva parte de las edificaciones anteriores (cripta de San Antolín y un recinto visigodo del s. VII); en su interior guarda sepulcros góticos y renacentistas e interesantes retablos de J. de Valmaseda y F. Bigarny, entre otros (retablo mayor, y los de las capillas de San Ildefonso, del Sagrario y San Gregorio); trascoro decorado en estilo Isabel, tapices flamencos, yeserías policromadas de los Corral de Villalpando. Entre las obras pictóricas sobresalen las de J. de Flandes (en el retablo mayor), J.-J. de Haarlem (tríptico de la Piedad), El Greco (tríptico de San Sebastián), P. Berruguete y M. Cerezo. Iglesia de San Miguel (ss. XII-XIII). Iglesias góticas del monasterio de San Pablo (s. XIV) y de Santa Clara (s. XIV-XV). Iglesia barroca de San Francisco, con artesonado mudéjar y sepulcro de A. Martínez (gótico final). Museo arqueológico provincial.