MUSEO DE SANTA MARÍA - BECERRIL DE CAMPOS
 
 
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EL ARTISTA ANTIGUO: PASOS DE UN OFICIO

En época histórica el artista, como ocurría en otros oficios, iba siguiendo poco a poco el camino que le llevaba de aprendiz a maestro en el seno de una sociedad gremial con normas muy rígidas controladas por quienes ejercían el mismo oficio.

Casi de niño, alrededor de los 14 años, entraba de aprendiz en el taller de un maestro con mas o menos renombre. El maestro se comprometía a enseñarle el oficio y a mantenerle. A cambio, el aprendiz colaboraba realizando las labores menos especializadas del oficio. Cuando se consideraba que estaba capacitado para los trabajos de menos detalle de la propia obra de arte, se sometía a un examen para alcanzar el grado de oficial. Los oficiales realizaban la mayor parte de la tarea del taller salvo aquellas en que el maestro, bien por decisión propia bien por exigencias del contrato, estaba obligado a realizar personalmente.

Aquellos oficiales que destacando en su oficio querían independizarse debían de pasar el examen de maestro, con lo cual además de poder contratar personalmente les permitía abrir su propio taller, cerrando así una pirámide que permaneció rígida durante siglos.

Los talleres, dirigidos por el maestro, realizaban siempre las obras por encargo, que era ajustado mediante contratos estrictos en los que se señalaban asuntos, tamaños, calidades, precios y plazos de entrega de la obra de arte. En incumplimiento de alguno de los extremos del contrato o la disparidad de criterios sobre su interpretación -y la mayoría de las veces sobre las diferencias económicas resultantes al acabar la obra-, motivaron numerosos pleitos entre los artistas y quienes los contrataban, e incluso entre ellos mismos. Gracias a contratos, cartas de pago, libros de cuentas y pleitos, podemos saber hoy no sólo la autoría de muchas obras, sino también el mundo que rodeaba el trabajo del artista.

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Última actualización: FEBRERO de 2002