LITURGIA Y CULTO
El culto divino, rendido en el edificio del templo, necesita una
serie de elementos físicos que le sirvan de instrumentos, a la par
que de ornato y estimulo a la piedad popular, que precisa afianzar
la fe con el apoyo de lo visible. La iglesia se enriquece as¡ con
obras de arte que en su origen tuvieron esencialmente una función
de culto.
A este afán obedece la ornamentación de pintura y escultura,
conjuntadas generalmente en el retablo, tan característico de las
iglesias españolas, y que tienen por misión ambientar y
embellecer, con una función cultual y pastoral a la vez, sirviendo
de escenario para las ceremonias de culto y convirtiéndose en un
catecismo visible para los fieles.
Con su origen en la palabra "retrotabulum", o tabla que
se pone detrás del altar, a partir del siglo XI será común la
colocación del retablo con el vaso "píxide" conteniendo
el cuerpo del Señor, creciendo a partir del siglo XIV en riqueza y
espectacularidad.
El retablo llegará a su plenitud en la segunda mitad del siglo
XV, convirtiéndose a partir del siglo XVI y especialmente en el
Barroco, en grandiosas máquinas arquitectónicas en cuya ejecución
colaboran una pléyade de artistas.
El retablo será un elemento tan esencial que no se hará altar
sin retablo, confundiéndose incluso ambas palabras.
Las iglesias españolas contaban con numerosos retablos,
costeados unos -esencialmente- por la parroquia, y otros por las
cofradías, aumentados además por los realizados para las capillas
de las fundaciones familiares, rivalizando los distintos mecenas en
encargar los mejores retablos.
Debido a su esplendor pasado y a la abundancia de parroquias,
Castilla y León conserva el mayor número de retablos de España,
los cuales contribuyen de manera esencial a la riqueza del
patrimonio artístico general de la región, brillando la provincia
de Palencia de manera especial en este panorama.
junto al retablo, que combina las artes más "nobles"
-pintura y escultura-, forman parte del patrimonio artístico de los
templos la ropa litúrgica, con sus ricas variantes de casullas,
dalmáticas, paños de altar, etc, adecuados a cada tipo de
ceremonia y a los distintos tiempos litúrgicos -adviento, cuaresma,
epifanía, etc- y a la platería, ampliamente representada en este
museo con piezas destinadas a satisfacer los diversos momentos del
culto: bautismo, eucaristía, extremaunción, procesiones,
entierros, etc.
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